Somos seres sociales. Por ello, la comunicación es fundamental para alcanzar nuestras necesidades más básicas y también otras motivaciones más evolucionadas como afecto, pertenencia, reconocimiento, poder…
En las organizaciones necesitamos también comunicarnos con otras personas del equipo para coordinar esfuerzos orientados a los fines que en cada momento buscamos alcanzar.
Parece fácil, ¿verdad? Y sin embargo, ocurre con frecuencia que con unas personas nos entendemos muy bien y con otras… no hay manera. Y no me refiero a personas tóxicas, ni a que estén presentes algunas de las conocidas como “toxinas de la comunicación”, como son la crítica, el sarcasmo, la postura defensiva o el bloqueo.
A veces, incluso con personas con las que tenemos una buena conexión, encontramos dificultades a la hora de comunicarnos en reuniones de seguimiento de proyectos, o juntas directivas, o de lanzamiento de nuevos productos/servicios.
Lenguajes diferentes
A pesar de que tenemos un objetivo común, sentimos que hablamos lenguajes diferentes con distintos ritmos, incluso diferente foco.
Tal vez una persona pueda necesitar que, en esas reuniones, trabajemos mucho en los detalles para asegurar que nada fallará y que construimos sobre una base sólida. Y posiblemente tendrá discusiones frecuentes si en el equipo hay otras personas que piensan que es suficiente un diseño básico inicial y ponerse en acción de inmediato para contrastar la idea y corregir/pivotar posteriormente. Hablarán lenguajes diferentes, desde distintas posiciones.
Y ambas, la persona detallista y la que empuja hacia la acción temprana, tal vez sufran si otra persona del equipo escucha a ambas, pregunta, medita pero no termina de dar su opinión (claro, ambas esperan contar con su apoyo para defender sus posturas). Por otra parte, suele ser bastante certera y por ello cuenta con la credibilidad del equipo.
Y entonces, cuando todo está así de revuelto y mal que bien se ha optado por una línea de acción, tal vez haya otra persona que proponga una idea ¡¡¡totalmente diferente!!! ¿¿¿Estamos locos??? Con todo el tiempo que hemos invertido, ¿¿¿vamos a empezar ahora otra vez???
¿Reconoces estas situaciones en tu organización? ¿Surgen discusiones recurrentes?
La comunicación es compleja cuando tenemos necesidades y focos de atención bien diferentes.
O peor. Para evitar conflictos no hay debate y se cierran falsos acuerdos que difícilmente contarán con el compromiso de las personas necesarias para su realización.
Nos reconocemos como personas inteligentes e incluso con buena voluntad. Sin embargo, una y otra vez estamos repitiendo patrones de comunicación que generan estrés, cansancio y desmotivación. Además estos patrones pueden ser una causa importante de salida de profesionales en busca de entornos más constructivos.
Metodología de los Roles de Equipo Belbin
¿Qué está ocurriendo?
Hace años descubrí de la mano de la metodología Belbin una causa de peso para esa situación que venía dándose con frecuencia en el seno del equipo directivo del que formaba parte y que me hacía sentir mal. Desde entonces he aplicado Belbin tanto internamente como externamente. En este webinar voy a compartir una experiencia sumamente enriquecedora con una empresa cliente.
El modelo Belbin, tras una investigación científica realizada durante más de una década, identificó 9 Roles diferentes que hacen referencia a “Una particular tendencia a comportarse, contribuir e interrelacionarse con los demás de una determinada manera”. (Dr.Meredith Belbin).
Estos Roles que se determinan a partir de comportamientos observables, nos ayudan a identificar y apreciar las fortalezas de cada persona en términos de contribución al equipo. También aquello que nos cuesta más esfuerzo.
Compartir en el seno de un equipo estos aspectos: quien tiene mayor potencial de creatividad, o de apertura al exterior, o de análisis, o de planificación, o de impulso hacia el objetivo, o de coordinación, o cohesión del equipo, o de cuidado del detalle, o de generación de conocimiento, etc. Y sobre todo, comprender que todas estas contribuciones, estos Roles, son necesarios para que el equipo funcione realmente como un Equipo de Alto Desempeño, crea una gran conexión, se pierde el miedo a mostrarse vulnerable y supone un gran impulso a la confianza y comunicación en el equipo.
Cultivar la comunicación
Aprendemos a comunicarnos, aceptando y entendiendo que quien es diferente a mí (distintos Roles) posiblemente esté cuidando aspectos que a mí se me escapan. Y ya no necesitamos enfrentarnos, sino explorar las aportaciones diferentes.
El Equipo aprende a entender y aceptar la contribución de cada persona en función de sus Roles fuertes, cómo éstos afectan a la comunicación de cada persona y cómo tenerlo en cuenta a la hora de distribuir tareas.
La práctica del equipo llevará a que aprendan a discernir cuando es necesario impulso o reflexión, análisis profundo o velocidad, conocimiento experto u otra habilidad y en función de esas necesidades, gracias a la comunicación abierta que ahora si pueden mantener, decidirán quién debe actuar y quién inhibirse.
Es de sentido común decir que somos diferentes. Pero más allá del sentido común, Belbin ha aportado ciencia, nombre y apellido a esas diferencias y ofrece un marco extraordinario para gestionarlas.
Sonia Erkoreka. Socia Directora Noralde.
Si quieres conocer mejor a Sonia Erkoreka y como transformar tus equipos y conseguir que brillen con luz propia, te invitamos a que veas el Webinar.