Un contrato social detalla cómo se comportarán los miembros del equipo entre sí, lo que permite a todos trabajar juntos con mayor eficacia.
Los contratos sociales ofrecen claridad y mejoran la comunicación dentro de los equipos. Establecen la forma en que los miembros del equipo se comportarán e interactuarán.
Un contrato social explícito frente a uno implícito
Para lograr un alto rendimiento, es crucial que los miembros del equipo establezcan un contrato social explícito, acordando los comportamientos aceptados. Sin un contrato social explícito, es difícil que los equipos cultiven la seguridad psicológica y alcancen todo su potencial.
A menudo, esto se debe a que en su lugar se forma un contrato social implícito. En otras palabras, hay normas tácitas que rigen la forma de trabajar y comunicarse de las personas, pero puede que no sean conocidas por todos (o no estén acordadas por todos), que se incumplan sin querer o sin repercusiones, y que no sirvan al equipo.
Por ejemplo, los miembros del equipo tienen el acuerdo tácito de evitar los conflictos, ceñirse a sus propias áreas de responsabilidad y no decir lo que piensan delante de los jefes. También pueden abstenerse de dar y aceptar opiniones de sus compañeros.