Escuchar es clave para una comunicación eficaz.
En los equipos, no escucharse es una causa frecuente de conflictos y otras dificultades.
Los entornos de equipo y de grupo plantean exigencias diferentes al oyente, porque no estamos respondiendo directamente al orador, como haríamos en situaciones interpersonales.
Para escuchar eficazmente, las personas deben seleccionar y procesar la información que reciben. Esto implica filtrar otros estímulos y distracciones.
Los equipos no pueden alcanzar un alto rendimiento a menos que todos sus miembros se escuchen activamente.
Es útil comprender los distintos estilos de escucha, es decir, nuestra forma preferida de dar sentido a los mensajes que oímos.
Los investigadores han identificado cuatro estilos de escucha distintos: orientado a las personas, orientado a la acción, orientado al contenido y orientado al tiempo.
Una vez que somos conscientes de estos diferentes estilos, podemos empezar a identificar qué mensajes pueden llamar nuestra atención, así como idear estrategias para escuchar de formas que no nos resultan tan naturales.